Cartón Gris y valor EV
Por Fernando González Casanueva
www.fotomundo.com
El Cartón Gris tiene 20 x 25 cm, con un tono gris medio en uno de los lados y blanco en el otro. Su lado gris refleja el 18% de la luz incidente y el blanco el 90.
En situaciones de baja intensidad de luz, podemos fotometrear sobre el lado blanco del cartón pero hay que aumentar dos puntos y medio la exposición respecto a la lectura proporcionada por el fotómetro.
La forma de fotometrear sobre el cartón es en el sentido en el que se va a realizar la toma, teniendo la precaución de que reciba la misma intensidad de luz que el "sujeto", y que no se produzcan brillos sobre él (debe estar paralelo al plano de la película).
Es muy común su utilización con técnicas básicas, pues una lectura sobre el mismo nos permite en un porcentaje alto, exposiciones promedio precisas.
Cuando tomamos la medición sobre el Cartón Gris, el fotómetro no es influenciado por los distintos porcentajes de áreas claras u oscuras de la escena, que podrían alterar la reflexión media.
Si utilizamos el Cartón Gris para determinar la exposición, las áreas claras y oscuras serán registradas en la película en los valores de densidad apropiados que, luego en la copia, reproducirán tonos correctos.
La desventaja de limitar las lecturas del fotómetro a un Cartón Gris estará dada en las situaciones de alto contraste. Estas situaciones exceden el rango de luminancias que acepta la película y el resultado no será óptimo.
La lectura realizada sobre un cartón gris, es equivalente a la medición de un fotómetro de mano en forma incidente.
Para nosotros el Cartón Gris va a ser una excelente referencia en la evaluación de los tonos que nos presentan dudas, permitiéndonos determinar con precisión a la zona que corresponden.
Evaluación de cartulina blanca y negra
Como la intención de esta técnica no es trabajar con exposiciones promedio de una escena, es bueno comprobar -con una simple evaluación- el funcionamiento del fotómetro, y a partir de ésta, aprender a utilizar esta herramienta para poder interpretar las distintas luminancias de un tema.
Cuando estamos ante situaciones en la que predominan áreas de tonos altos o bajos ocupando en la imagen un porcentaje del 60% o más, estamos ante situaciones de tonos extremas. La información que nos ofrece el fotómetro, si la utilizamos como valor de exposición, proporciona un valor tonal medio con textura que no coincide con la realidad.
Esto es fácil de comprobar y permite entender la medición por luz refleja. Hacemos unas tomas de una cartulina blanca y una cartulina negra con textura, bajo la misma luz.
La película puede ser blanco y negro o color, encuadramos abarcando todo el fotograma, enfocamos, fotometreamos y obturamos, de acuerdo a la lectura del fotómetro. Realizamos el mismo procedimiento en ambas cartulinas.
Una vez revelado el material expuesto haremos una evaluación visual sobre esos negativos. Si no recordamos el orden en el que hicimos las tomas, no podremos saber cuál corresponde a la cartulina blanca y cuál a la cartulina negra, puesto que los dos negativos tendrán la misma densidad.
Esta sorpresa en la primera aproximación visual que realizamos, queda totalmente confirmada en la copia, si intentamos imprimir ambos negativos manteniendo la textura los dos darán un tono gris medio.
Evaluación de cartulina blanca y negra
Como la intención de esta técnica no es trabajar con exposiciones promedio de una escena, es bueno comprobar -con una simple evaluación- el funcionamiento del fotómetro, y a partir de ésta, aprender a utilizar esta herramienta para poder interpretar las distintas luminancias de un tema.
Cuando estamos ante situaciones en la que predominan áreas de tonos altos o bajos ocupando en la imagen un porcentaje del 60% o más, estamos ante situaciones de tonos extremas. La información que nos ofrece el fotómetro, si la utilizamos como valor de exposición, proporciona un valor tonal medio con textura que no coincide con la realidad.
Esto es fácil de comprobar y permite entender la medición por luz refleja. Hacemos unas tomas de una cartulina blanca y una cartulina negra con textura, bajo la misma luz.
La película puede ser blanco y negro o color, encuadramos abarcando todo el fotograma, enfocamos, fotometreamos y obturamos, de acuerdo a la lectura del fotómetro. Realizamos el mismo procedimiento en ambas cartulinas.
Una vez revelado el material expuesto haremos una evaluación visual sobre esos negativos. Si no recordamos el orden en el que hicimos las tomas, no podremos saber cuál corresponde a la cartulina blanca y cuál a la cartulina negra, puesto que los dos negativos tendrán la misma densidad.
Esta sorpresa en la primera aproximación visual que realizamos, queda totalmente confirmada en la copia, si intentamos imprimir ambos negativos manteniendo la textura los dos darán un tono gris medio.
Nuestro fin es mostrar imágenes que mantengan un carácter real basado en la interpretación de los tonos y texturas, lo que le dará a la misma sensación de materialidad.
Es muy fácil lograr un negro absoluto en la copia: sobreexponemos el negativo y seguramente lograremos el negro o a la inversa, subexponemos y lograremos el blanco. Pero en ninguno de los casos obtendremos textura, lo que le quita a la imagen toda sensación de realidad.
Si llevamos el ejemplo a una escena real y fotometreamos puntualmente sobre tonos extremos, por ejemplo, un paisaje de nieve bajo un sol brillante (cartulina blanca) y un grupo de piedras oscuras (cartulina negra), en ambos casos, el fotómetro indicará una exposición incorrecta, dado que está calibrado para asumir que cualquier tema es gris medio. Si exponemos con las lecturas que nos dio el fotómetro, la nieve quedará subexpuesta y las piedras.
En el caso de la nieve, el promedio que asume el fotómetro es incorrecto, puesto que el brillo medio de la nieve es dos o tres puntos más abierto que el de una tarjeta gris colocada en el lugar. En el caso de las piedras oscuras, el promedio que asume el fotómetro también será incorrecto, dado que el brillo medio de las piedras oscuras es dos o tres puntos más cerrados que el de una tarjeta gris.
De este ejemplo podemos concluir que nuestro fotómetro, tomando lecturas sobre tonos puntuales, dará siempre como resultado un valor de exposición promedio que en la copia se representa como un valor gris medio con textura y que en Sistema de Zonas corresponde a una Zona V.
Valores EV
Muchos fotómetros y algunas cámaras, incluyen el modo EV (Exposure Value, valor de la exposición). Estos valores se refieren a las combinaciones específicas de puntos de diafragmas y tiempo de obturación en referencia a una determinada sensibilidad (ISO). Por lo tanto un número EV para ISO 100 corresponde a un par diafragma/tiempo, EV 12, que equivale a un par 1/30 f:11; un valor EV 13 equivale a un par 1/30 f: 16; el valor EV 11, equivale a un par 1/30 f:8.
En la actualidad el cambio de un valor EV se gradúa duplicando o dividiendo por la mitad, la combinación de diafragma y tiempo de obturación.
Esta posibilidad incorporada en los fotómetros de mano nos será de suma utilidad en la evaluación de las películas, tomando la equivalencia que tiene un valor EV, con un valor de densidad.
Resumiendo
A partir de esta precisión que nos brinda el fotómetro, sabiendo que cualquier valor -bajo, medio o alto- inicialmente se ubica en Zona V, que es el gris promedio, podemos hacer ajustes mediante desplazamientos, en las zonas que le correspondan para que en la copia representen sus tonos y texturas correctos.
Por último, destaquemos que en cualquier tipo de fotografía es fundamental emplear el diafragma y el tiempo de obturación adecuado a la intensidad de la luz que recibe el motivo y a su distribución de brilllanteces. El fotómetro es el instrumento que proporciona esa información o, en las cámaras automáticas, hace el ajuste. La percepción del fotógrafo no puede ser dejada de lado ya que los fotómetros no pueden resolver por si mismos situaciones de cierta complejidad.
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