¡Qué apetecible! Pensamos ante una buena fotografía de un plato, cuando la vemos en un restaurante, en un libro de cocina o en un anuncio publicitario. Y es que este tipo de imágenes tienen como fin que la gente paladee, de alguna manera, dicho plato o receta.
La técnica y la forma de fotografiar estos platos varía en función de que tenga un destino editorial o publicitario. Es fundamental distinguir entre las tomas que se realizan para un medio editorial ?como libros, revistas y similares? y las que van destinadas a grandes campañas ?vallas publicitarias? que están cuidadas al máximo detalle, realizadas en formato grande (9x12 cm) y en las que el estilista, el director de arte y el fotógrafo trabajan a la par hasta conseguir la imagen ?perfecta y deseada?.
En esta ocasión dejaremos esta última opción, más profesional, para centrarnos en mostrar cómo podemos realizar interesantes instantáneas gastronómicas con nuestras cámaras de 35 mm y formato medio, sin tener que emplear demasiado tiempo ni recurrir a grandes inversiones.
Técnica
El plato es nuestro principal motivo de interés, por lo que tenemos que realizar el encuadre de tal forma que quede lo más centrado y nítido posible. Si, por ejemplo, elegimos realizar la toma desde una posición cenital no tendremos mayores problemas con la profundidad de campo, ya que todo estará situado en un mismo plano y por lo tanto nos salvaremos con una apertura relativamente grande como puede ser f/8.
Las complicaciones pueden llegar cuando la toma es oblicua, con un ángulo de unos 45 grados, ya que para mantener el plato nítidamente enfocado será necesario recurrir a un trípode y, sobre todo, a una pequeña abertura como f/16 o f/22, que a veces son insuficientes. Ésta es una de las razones por las que cuando se realizan trabajos importantes destinados a publicidad se efectúan con cámaras de gran formato, donde es posible controlar todos los movimientos y, en consecuencia, la profundidad de campo.
Si comprobamos con el botón de previsionado de profundidad de campo de la cámara que a parte del motivo le falta suficiente foco, entonces es preferible retroceder unos centímetros o, si no hay espacio, utilizar un objetivo de mayor cobertura angular. Otra solución interesante, y por cierto bastante artística, es la de utilizar un pequeño objetivo tele y seleccionar una gran apertura (f/4) para que, de esta forma, nos centremos en un detalle o aspecto de la receta, consiguiendo así que el resto quede desenfocado. Esta técnica es bastante efectiva si la receta no lleva demasiados ingredientes o no encontramos complementos adecuados.
Publicado en: Súper Foto, nº 70
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